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sábado, 15 de octubre de 2011

La leyenda de Santiago Soriano

Palma Soriano no fue “fundada”. Nació de forma natural alrededor de un trapiche en la hacienda Cauto Garzón. Pero no se libró de las leyendas que rodean su nacimiento. El poeta santiaguero Pedro de Santacilia publicó por primera vez una historia recibida de manos de un amigo, que a su vez la escuchó a  los campesinos de la zona hacia el año 1846.
En ella se relata que a fines del siglo XVIII residió en el Partido de Cauto Garzón un colono llamado Santiago Soriano dueño de una hostería y al parecer de costumbres religiosas que al no tener donde realizar sus oraciones, trazó una cruz en el tronco de una palma situada en sus posesiones ante la cual rezaba arrodillado, y pronto los viajeros comenzaron a denominar la hostería como "La Palma de Soriano".  

Esta historia fue repetida con ligeras variantes por historiadores y cronistas posteriores (Eduardo Vázquez, Carlos Martínez Cabeza,  el padre Severanio Betelu, Mayón Martínez y E. Pérez Rizo…) que interesados en buscar raíces cristianas a la Ciudad del Cauto, enfatizaron el carácter religioso y místico de su protagonista y hasta milagros de curación atribuyeron a la famosa palma.  

Pero toda leyenda es una historia fabulada de hechos reales. Y si en los archivos de Indias de Sevilla o en los registros de inmigrantes por el puerto de Santiago de Cuba no aparece referencia alguna a Santiago Soriano es, simplemente, porque no procedía de la península: era algún descendiente de colono llegado de otra región de Cuba. Tampoco en el Arzobispado de Santiago de Cuba existen referencias a Soriano… porque la parroquia local aún no existía.

Cuenta la tradición que entre 1775 y1779  don Melchor Delgado, dueño de Cauto Garzón, entregó un segrego de  tres  caballerías, la finca San Miguel, a un descendiente de español llamado Santiago Soriano para instalar una especie de  taberna  con corral  aledaño que brindara albergue, alimento y refresco para los caballos a quienes viajaban entre Santiago y Bayamo. Esta historia puede ser cierta en una hacienda tan bien situada y con habitantes suficientes para ser declarada en 1775 el "Partido de Cauto Garzón", aunque difícilmente en el lugar que la ubican los cronistas: junto al parque Rosario, en el espacio que alguna vez ocupara el bar “Teide", hoy pizzería. En primer lugar porque ese terreno formaba parte de la  “Caballería de la Virgen” donada a la Iglesia por la viuda de Delgado, doña Rita Josefa de los Llamos Rizo. En segundo lugar porque operar una hostería requería fácil acceso de los viajeros y agua en abundancia para sus caballos. De manera que el lugar más probable es allí donde coinciden el camino viejo de Cuba y el camino Real de la Isla, cercano a la esquina de Martí y Donato Mármol, donde estuvo antiguamente la peletería “La Reformista” de Jesús Suárez (hoy un edificio comercial que alberga la tienda Meridiano).

En cuanto a la cruz, baste recordar que era costumbre de los agrimensores de la época delimitar los linderos grabando una cruz en los árboles y siendo la palma real un árbol típico de los campos cubanos posiblemente fue usada con este fin para señalar los límites de la finca San Miguel. Y aquella palma real marcada con una cruz frente a la hostería se convirtió en punto de referencia obligada para los viajeros que inevitablemente hacían allí una pequeña y reconfortable escala para descansar, alimentarse y dar de beber y comer a sus caballos.

¿Base documental? Ninguna. Pero Santiago Soriano dejó su nombre a la calle más corta de la geografía local a quien la voz popular llama el Callejón de Soriano: un corto pasaje sobre el barranco del Cauto, posiblemente por donde bajaba al río en busca de agua para sus clientes y animales.  

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